La comunidad educativa de escuela estatal NINA N° 54 Carlos Sourigues del barrio Perucho Verna, ubicado en San José, departamento Colón, realizó un audiovisual de factura casera para informar y generar conciencia ciudadana acerca de los problemas generados por las fumigaciones con agrotóxicos.
Recurrieron a un video porque se sienten desprotegidos, impotentes y sin recursos para oponer resistencia al poder económico de quienes, para producir alimentos, desmontan grandes superficies y envenenan la tierra, el aire y el agua.
El dato no es menor. En los últimos años, la zona de San José, considerada una de las más hermosas de la costa del Uruguay, sufrió el desmonte del 98% de su superficie agricologanadera y solo queda 2% de monte nativo en una zona protegida denominada "La Picada".
Vecinos organizados
Los problemas comenzaron una década atrás pero la conciencia tardó un poco más en llegar. Las fumigacones se hicieron cada vez más periódicas y más intensas. En uno de los vuelos una avioneta descargó el veneno sobre la escuela y resultaron intoxicadas y hospitalizadas la directora del establecimiento y una ordenanza que estuvo en coma. A partir del episodio, los prejuicios y el miedo a denunciar comenzó a ceder y los vecinos comenzaron a organizarse.
En diciembre pasado realizaron un taller de capacitación docente sobre las problemática ecologista y los agrotóxicos al que asistieron profesionales de la salud y también Mariela Leiva, la docente de Agmer que sentó precedentes con su lucha contra las fumigaciones. Quedaron tan entusiasmados con los resultados de esta actividad que la quieren replicar en abril de este ciclo lectivo.
A mediación con cuatro exigencias
Por otra parte, la comunidad aguarda una mediación con el dueño del campo, su arrendatario, cuya fecha está prevista para fines de mes o principios de marzo, lo que se disponga desde le Juzgado de Concepción del Uruguay.
En el encuentro exigirán "Agrotóxicos Cero"; efectivo cumplimiento de la ordenanza municipal de ordenamiento territorial de San José, cuyo texto establece la zona como un área natural protegida; la reforestación con especies nativas del área desforestada y que se reconstruya el antiguo cauce del arroyo que fue desviado por la arrocera para construir un terraplén ilegal.
Campamento sanitario
En forma paralela, y con la gestión del municipio de San José, solicitaron la intervención de profesionales de la Universidad Nacional de Rosario que llegarán a la región con un campamento sanitario y tomarán muestras para analizar la tierra y el agua del lugar. También se harán análisis a las personas expuestas a la acción de los agrotóxicos.
Enmascarados
El video comienza, a modo de introducción, con imágenes de la guerra de Vietnam donde se introdujeron las armas químicas desfoliantes. La secuencia siguen con una pareja que despide a sus hijos para ir a la escuela. La madre coloca máscaras antigas a sus niños que, de camino al colegio se topan con una pila de bidones vacíos en el camino. Una vez en la escuela y ni bien ingresados del recreo, los niños deben tirarse bajo sus asientos compartiendo las máscaras cuando una sirena les avisa la presencia de un avión fumigador, mientras la maestra corre de un lado a otro cerrando puerta y ventas. Luego de la emergencia la directora de la escuela escribe una nota a los padres advirtiendo sobre la posibilidad de que sus hijos presenten síntomas.
Tras la teatralización del escenario posible siguen una serie de testimonios que los protagonistas brindan a la cámara tras sacarse las máscaras antigas y que deberían ser escuchados atentamente por funcionarios y legisladores.
La directora del colegio, Silvia Mathey Doret señala que, a pesar de que la escuela está en un área protegida, las fumigaciones se repiten y ella misma casi pierde la vida unos años atrás por un cuadro respiratorio agudo sufrido tras el paso de un "mosquito". "Es la razón principal de mi lucha. Por mi salud, por mis alumnos, por la del barrio", señala.
Luego de una investigación personal la directora afirma que en la zona hay varios casos de pérdidas de embarazos, enfermedades no declaradas oficialmente, chicos con malformaciones y alarmantes y sospechosos casos de cáncer. "No puede ser normal", recalca.
"Hay gente que no se anima a contar lo que está pasando por temor a perder el trabajo. Donde el poder y el dinero mandan, calla la voz de los más humildes. Por eso, en nombre de los que no pueden, levanto mi voz. Nuestra lucha es por la vida y los convocamos a unirse", expresó.
Los vecinos también comentaron que ya es normal ver animales muertos y una merma en las especies fitosanitarias. "En la reserva de La Picada se ha perdido más de la mitad de las especies de yuyos a causa de las fumigaciones que se están produciendo en la arrocera", cuenta Luis "Topo" Maidana, un vecino naturalista de El Brillante, dolido por la situación. A sus palabras se suman las de Griselda Degeneve, del barrio Perucho Verna quien relata que, a partir de la instalación de este emprendimiento hay "muchas personas enfermas y animales muertos".
Yudith Rodríguez y Mirna Bonato, dos vecinas del barrio que mandan sus hijos a la escuela 54 coinciden en afirmar que muchas veces los chicos llegan con dolor de cabeza, de estómago y con vómitos.
Otros vecinos como Rubén "Nino" Rodríguez, recuerdan las aguas cristalinas del baleario donde ahora mueren los peces y ya nadie se baña.
También dieron su testimonio, integrantes de la Asamblea Popular Ambiental Ruta 135 de Colón, preocupados por la contaminación que ya está llegando al río Uruguay, y Alicia Piñeiro, una productora apícola, cuyas colmenas reducen su población cada año debido a la contaminación.
Mimí Guerrero advirtió sobre el tono turquesa fluorescente que adquiere el río Uruguay en las costas de Colón debido a las algas. "El agua está contaminada por las fumigaciones que ya vienen desde hace años. En el hospital de Colón pasan muchos turistas que se descomponen por haber tragado agua del río. También Horacio Dicarli y Carlos Serratti, se sacaron la máscara y se sumaron a la lucha de los vecinos del Perucho, "que es la lucha de todos".
Jaime Borda es docente y custodio territorial, habita El Brillante, una zona que se encuentra en el valle de inundación el río Uruguay. En 2015 el agua llegó a los 10 metros en Colón y anegó todo. Cuando se retiraron las aguas arrastraron hacia el cauce del río toda la contaminación. "Nos están envenenando. Han muerto peces, aves y los próximos muertos seremos nosotros, los seres humanos", resumió.
Fuente: Uno Entre Rios