Por Pablo Bianchi
Se llevó a cabo el viernes la segunda jornada del juicio por Jurado, en el caso que investiga la muerte de Gisela Grispi (39), ocurrido entre la noche del viernes 20 de noviembre del 2020 y la madrugada del sábado 21, en el domicilio de Rufino Mir N° 1080 de Colón, que tiene como imputado a Heraldo Martirena de 42 años.
Lo sucedido el jueves volvió a reforzar la postura de la parte acusadora dejando en evidencia la personalidad violenta del acusado, las amenazas a la víctima, la presencia en el lugar durante las horas del deceso y que esa noche hubo un incidente de evidente violencia en el domicilio en cuestión.
EL desfile de testimonios comenzó con los doctores Mauricio Rebord, Gustavo López Lallana y Luis Leonardo Moyano (jefe del Departamento de Medicina Forense), brindaron detalles de las prácticas realizadas sobre el cuerpo, coincidiendo en las dificultades que generó el estado del mismo, sumamente putrefacto. Moyano fue claro al señalar que no descartaba una muerte por asfixia, ahorcamiento o golpes en el rostro, que fue imposible de corroborar por lo anteriormente señalado, pero a todos le llamó la atención la alta concentración de fauna cadavérica en el rostro, que fue devorado en su totalidad y esto se pudo deber a algún tipo de lesión que atrajera a los insectos, más allá de las fosas nasales, boca u ojos.
La madre de Gisela
El testimonio que sin dudas fue más conmovedor y que seguramente no pasó desapercibido para los miembros del Jurado, fue el de Leticia Escobar, madre de la víctima.
La mujer habló varios minutos, contando como fue su hija, destacando su bondad y personalidad, siempre tratando de ayudar a los demás y que se dedicaba a dar clases de reiki.
En su relato contó de los hechos de violencia, a los que fue sometida su hija y confirmó que Gisela le había dicho que tenía miedo de que pudiera matarla.
Leticia dijo que la noche del crimen, viernes 20, habló con ella y también lo hizo con sus hijos, siendo es la última vez y que posteriormente comenzó a recibir mensajes extraños, que la llevaron a pensar que no era su hija y ante la preocupación, llamó al vecino, quien en definitiva fue el que alertó a la Policía.
Durante la testimonial de la madre de la víctima, se escucharon audios de Gisela, anunciando con su propias palabas lo que declaró Leticia, diciendo claramente que Martirena mataría.
Testigo importante
Una de las testigos de esta jornada, fue una vecina, de la cual se prefiere no dar datos, ya que estaba muy atemorizada de sufrir algún tipo de represalia. La mujer contó que esa medianoche del viernes 20, escucho gritos. La testigo contó además que durante la relación de Grispi y Martirena, era frecuente escuchar fueres discusiones y peleas.
Otro testimonio comprometedor
Otro testigo que declaró y comprometió al acusado, fue Mario Daniel Carmona, patrón de Martirena, que entre otras cosas, lo más relevante que dijo fue ese viernes por la tarde lo llevó a la casa de Gisela, donde lo dejó.
A este testimonio se le suma lo declarado por Juan Manuel Ponce de León, el remisero que confirmó que fue a buscar al imputado a la casa de Gisela el sábado a la tarde, lo que se condice con los videos obtenidos y se suma a las huellas digitales encontradas en la puerta de acceso, una botella de cerveza y la ventana balcón que da al fondo de la casa.
Por último declaró el policía que realizó las primeras tareas como personal de Investigaciones e hizo relevamiento e informes en relación a las cámaras de seguridad que se ven la camioneta de Carmona cuando llega el viernes por la tarde y deja a Martirena y del remis que lo busca al día siguiente.
Como viene el juicio
Pasaron dos jornadas, en las que la Fiscalía a cargo del doctor Alejandro Perroud y la doctora Micalea Di Pretoro, presentó numerosos testimonios comprometedores para con el acusado en la búsqueda de un fallo condenatorio.
Hasta el momento, esta probada la presencia de Martiarena en la casa de Grispi, durante casi 24 horas, lo que implica que estuvo en el lugar con la mujer ya muerta por lo menos 10 o 12 horas, siendo un enigma lo que hizo en ese tiempo.
En la casa hay huellas dactiloscópicas que logró levantar el personal de Criminalística que corresponden al acusado.
La vecina que por temor pidió no trascienda su nombre, afirma haber escuchado gritos y una evidente pelea en la noche del viernes 20 y confirmó la personalidad violenta de Martiarena, haciendo lo propio el otro vecino que declaró la primera jornada.
Se confirmó que la muerte fue por un paro cardio respiratorio, pero no se determinó su hubo violencia por el estado del cadáver, pero este fallecimiento (más allá de que pudo haber habido golpes, asfixia o estrangulamiento) se pudo originar por una crisis generada por una situación estresante o por ser víctima de la agresión física.
Respecto a la posición de la Defensa, el doctor Ostolaza y el codefensor, doctor Sotelo, sostiene que no hay pruebas que lleven a la certeza del homicidio, por lo que basa toda su estrategia en el beneficio de la duda, de lo cual quiere y necesita convencer a los 12 miembros del Jurado Popular.
El lunes será la última jornada de testimoniales con presencia de unos 8 testigos, para luego pasar a los alegatos de cierre, que seguramente podrán desarrollarse el día martes.
Fuente 03442