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PROVINCIALES

Se cumplen 18 años de la desaparición de Fernanda Aguirre

Se cumplen 18 años del caso Fernanda Aguirre, la adolescente de San Benito, que desapareció el 25 de julio de 2004 a la que, hasta el día de hoy, no se ha podido encontrar, ni viva ni muerta.

Ese domingo, cuando se llevaron a Fernanda, la tranquilidad localidad donde ella vivía, como buena parte del país, se había quedado en silencio para ver a la Selección Argentina jugar ante su clásico rival, Brasil, la final por la Copa América en Perú.

Entre las 16 y las 17 de ese día, Fernanda salió sola a buscar un encargo de Flores que le había hecho una vecina. La distancia desde su casa hasta el puesto de flores que tenía su mamá frente al cementerio de la pequeña localidad no era mucha, pero en el camino desapareció.

Las principales hipótesis de la causa fueron dos: que la adolescente fue secuestrada para ser abusada sexualmente, la mataron y ocultaron su cuerpo para siempre. La otra vinculó su desaparición con una red de trata y no descarta la posibilidad de que aún esté viva.

La investigación pudo determinar que en horas de la siesta de ese 25 de julio, Miguel Ángel Lencina, junto a su sobrino de 14 años, secuestró a Fernanda y la obligó a cruzar hasta un predio abandonado, a media cuadra, donde la geografía está dominada por sembradíos de soja, grandes y añejos árboles y altos pastizales. Esa zona, tras la desaparición de la menor, se rastrilló por lo menos siete meses, sin ningún resultado.

Los Aguirre recibieron poco después una llamada en la que les pedían 2000 pesos de rescate para volver a ver a Fernanda con vida. La familia juntó ese dinero y lo llevó hasta el lugar pactado, pero la chica no apareció. Lencina cumplía condena por otro crimen y gozaba en ese momento de salidas laborales, volvió a ser detenido y pocos días después, el 6 de agosto de ese año, apareció ahorcado en la celda de la Comisaría Quinta de Paraná donde permanecía alojado.

La viuda del principal sospechoso, Mirtha Chávez, fue condenada en 2007 a 17 años de cárcel, acusada de haber sido quien se comunicó telefónicamente con la familia Aguirre para pedir el rescate. El 21 de abril de 2016 la mujer recuperó su libertad y fijó domicilio en la ciudad de Gualeguay, pero jamás dijo cuál fue el destino de Fernanda.

A la joven desaparecida se la buscó por todo el país y también en el exterior.

María Inés Cabrol, la mamá de Fernanda, fue quien se puso la búsqueda al hombro y su lucha fue incansable y admirable hasta su último día. Pero una enfermedad terminal se la llevó el 11 de mayo de 2010, sin que pudiera volver a ver a su hija. El resto de la familia mantuvo siempre un bajo perfil.

Tras la muerte de Cabrol, su esposo, Julio Domingo Aguirre fue designado “curador” en la causa por la “ausencia” de su hija. Desde el Poder Judicial se aclaró entonces que la medida “no produce ningún efecto en cuanto a la investigación penal del caso, a la continuidad de la búsqueda de Fernanda y que es únicamente a la sola protección de sus derechos”.

La causa sigue abierta, pero pistas sobre cuál fue el destino de Fernanda actualmente no hay ninguna.

El 7 de enero de 2022, se excavó un terreno luego de que un familiar de Fernanda aportara un dato que llevó a realizar una inspección y trabajo de campo en la zona este de San Benito.

Hasta calle Chile al final de esa localidad, llegaron autoridades judiciales, médicos forenses, bomberos zapadores, personal de la Dirección de Criminalística y de Homicidios, a fin de avanzar con la inspección, rastrillajes y excavación de una superficie de 20 metros por 80 centímetros de profundidad.

Se verificó que al menos la tierra se encontraba muy compactada, por lo que era poco probable que haya sido removida en los últimos años. Tras el procedimiento, no se encontró nada de interés vinculado con la desaparición de Fernanda Aguirre. El misterio continúa.

Fuente El Once

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