La política atraviesa nuevos paradigmas, diferentes formas de trabajo, nuevos códigos. Entre Ríos está lejos de tener el microclima conflictivo de provincia de Buenos Aires, por eso nosotros, los jóvenes políticos, debemos ser quienes repudiemos las acciones poco loables, malintencionadas, que sólo buscan confundir a la sociedad y embarrar el más democrático de los actos como lo es la elección de representantes.Por Mauricio Davico*
El miércoles 16 de agosto el matutino paranaense El Diario publicó en su página 7 una nota titulada “La policía ya investigaba al hijo del Diputado Troncoso” e ilustrada con una fotografía en la cual aparece el actual intendente de Maciá junto al ministro del Interior Rogelio Frigerio. Una situación sumamente reprochable, ya que la foto no se corresponde con la realidad: el hijo del diputado señalado por narcotráfico es Silvio Troncoso y no Román Troncoso quien aparece en imagen. Un error inconcebible con una evidente intencionalidad política de ensuciar y crear confusión.
Ese traspié editorial fue voluntario y alertado por los mismos periodistas de El Diario, quienes denunciaron públicamente sentir vergüenza “por la burda operación política que ejecutó en la edición de hoy -por el miércoles- el Director periodístico Juan Raúl Monzón, con el apañamiento y la complicidad de la Jefa de Redacción Claudia Margarita Azcué, el Secretario de Redacción y funcionario del gobierno provincial Wenceslao Bettoni”.
Como entrerriano y como político me apena sobremanera la difícil situación que atraviesa el que hasta hace pocos años era el matutino emblema de Entre Ríos. Desde su intervención en el gobierno de Urribarri, El Diario perdió gran parte de su prestigio y pasó a ser la principal herramienta de operaciones políticas del gobierno provincial anterior.
Me solidarizo no solo con los afectados en esta y en otras tantas confusas publicaciones, sino también con los periodistas de El Diario, de cuyo profesionalismo no tengo dudas, y que se encuentran sometidos a una dirección que coarta la libertad de expresión y utiliza irresponsablemente el medio para crear un estado de sospecha y confusión.