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POLITICA

“Nos vamos a poner de acuerdo los dirigentes”

Sin explayarse demasiado. Casi nada. Enrique Cresto fue uno de los oradores en la inauguración de una escuela secundaria que depende de la UNER. Al hacer uso de la palabra dejó un textual para interpretar cuando hizo mención al armado electoral de cara a las PASO: “Nos vamos a poner de acuerdo los dirigentes, porque si el peronismo no sigue siendo gobierno, la que padece es la gente”.

Lo escuchaban el gobernador Gustavo Bordet, la vicegobernadora Laura Stratta y la primera plana política de Concordia. Fue precisamente en esa ciudad en la que el intendente y hasta ahora precandidato para la Gobernación lanzó esa promesa, que completó: “Tenemos que tener la madurez política” para llegar a los acuerdos.

Si la crónica la escribiese el historiador y periodista Carlos Pagni, pondría a Concordia como “El nudo” de la política entrerriana. Es que a partir de esa ciudad se organizó el peronismo en los últimos 20 años ininterrumpidos de gobierno. Con el ministro de Economía, Hugo Ballay, incluido.

En todo este proceso fue Concordia quien encabezó la fórmula, con la posibilidad de que esta vez ni siquiera esté en la misma. No se sabe.

La última negociación fue en 2015 cuando Mauro Urribarri quiso ser intendente de la ciudad, proyecto que coincidía con el de Cresto, quien aseguraba que perseguiría hasta el final.

El joven Urribarri solía contar que si sus pretensiones eran la traba de un acuerdo, se correría. Cresto, entonces, fue ungido el candidato oficial cuando a las redacciones llegó un comunicado anunciando que Urribarri se bajaba. Fuera del círculo político no se había llegado a instalar esa candidatura.

Esa maniobra, el 16 de mayo de 2015, fue anterior a que Sergio Urribarri designe a Gustavo Bordet, antes que a Adán Bahl, que lo acompañaría en la fórmula. Fue el 2 de junio. Primero había que acordar Concordia. Aquel cronograma electoral también implicaba elecciones simultáneas con Nación en un escenario cuesta arriba.

El almanaque actual marca 30 de mayo. No hay binomio ni candidato de consenso en Concordia. La capital del peronismo viene evidenciando que ya no será quien garantice performance en todo el territorio. Solo acompañará. Paraná, Concepción del Uruguay y Gualeguaychú serán claves. Ahí tampoco se han cerrado acuerdos.

Pero volvamos a Concordia. Angel Giano aseguró en reiteradas ocasiones que no declinará su precandidatura. Tiene lógica. Las veces que lo tuvo que hacer fue a cambio de dos presidencias: el bloque en el Senado, primero, la Cámara de Diputados, después. Ya no queda mucho por ofrecerle.

Alfredo Francolini es el otro decidido a dar la pelea, incluso enfrentando al propio Cresto, decisión que explicitó cuando se convirtió en el primero en apoyar a Bahl.

En Concordia empieza a verse lo que en Paraná fue cátedra durante años: desorganización y peleas intestinas, incluso en el seno del gobierno: Pablo Biaggini plantó a José Carlos Halle cuando presidía el Concejo Deliberante; y Gastón Grand y Blanca Osuna se distanciaron ni bien se inició la gestión. En 2015 Sergio Varisco se consagró intendente de la capital de la interna.

Sin la capacidad de empujar como en otros procesos, Concordia sigue siendo necesaria en un escenario donde no sobra nada. Hace 8 años, Bordet se imponía por 22 mil votos, con la ayuda de Sergio Massa, Adrián Fuertes y Jorge Busti, que restaron votos a la oposición en una elección unificada. ¿Logrará Javier Milei repetir la escena?

Declaraciones y foto tomadas de Diario Río Uruguay

Fuente Pagina Politica

INTERNA PERONISMO CRESTO Bahl ELECCIONES

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