El nuevo argumento que se escuchó en los últimos días de mayo a favor del desdoblamiento fue que a Bordet nadie le asegura que Macri no consiga sortear su actual debilidad para octubre de 2019. Son 17 meses los que tiene el Presidente para recuperarse de lo que hasta aquí ha sido su crisis más severa.

Claro que lo peor está por venir. Se esperan más tarifazos, más recesión, más inflación, menos empleo y consumo. Y el rechazo social al ajuste que derive del acuerdo con el FMI seguramente será muy grande, se expresará en la calle y unirá a la oposición. Pero el Presidente cuenta con todos los resortes que le otorga el máximo poder político del país para frenar su caída. Es una incógnita saber si lo logrará.

En cualquier caso, resulta lógico afirmar que la recuperación que buscará Macri para octubre de 2019 le demandará más tiempo que el que le llevó para las elecciones de 2017, cuando Cambiemos olvidó por unos meses su aversión al “populismo” con tal de juntar votos.

Si Macri, como todo parece indicar, tardará en recuperarse, a Bordet le conviene llamar a elecciones provinciales cuanto antes. Si pudiera, el mes que viene.

Está claro que 2019 a Macri le costará mucho más que 2017, porque no contará con tantos recursos para volcar al año electoral. Guardará lo mejor para los dos o tres meses previos a octubre. Y en Entre Ríos se podría votar en mayo o junio.

Simultáneas

Hoy por hoy, la hipótesis sigue siendo la del adelantamiento de las elecciones provinciales. Pero Bordet podría no desdoblar si surgiera una decisión de conjunto en ese sentido de la liga de gobernadores peronistas a la que pertenece.

Quizá algo de esto haya tenido tiempo de charlar con el gobernador de Córdoba, Juan Schiaretti, en la misión institucional y comercial que compartió estos días en Tailandia y Vietnam.

Dependiendo como marchen las cosas, en los próximos meses los gobernadores peronistas podrían evaluar que la recuperación de Macri no ocurrirá nunca -o al menos no en la medida que quisiera Cambiemos- y que eso les aumentará mucho las chances de llegar a la Presidencia con uno de los suyos. Pero para eso necesitarían de la colaboración de todos: que ninguna provincia peronista adelante sus elecciones.

Se sabe que el poder de tracción de votos de las provincias hacia un candidato a presidente es mucho mayor cuando en la misma elección se renuevan también gobernador, intendentes, concejales y legisladores provinciales. Y todo con el clásico y probado arrastre de la boleta sábana, que es la que se mantiene en el orden nacional y que seguiría en la provincia si, como parece, no sale la reforma política que propone boleta única.

Por ahora, Bordet estaría adelantando. Y está claro que tiene el visto bueno de Macri para hacerlo, a pesar del pataleo de la dirigencia provincial de Cambiemos.