Por Fernando Spiazzi
El hecho que conmueve a la sociedad por estas horas es el homicidio del joven a la salida de una discoteca en Villa Gesell, hecho repudiable desde todo punto de vista, la muerte de un ser humano es irreparable y cuando las circunstancias de esa muerte están teñidas de violencia el repudio es mayor.
La justicia deberá determinar la culpabilidad de los autores o el autor y determinar si el hecho se encuadra en homicidio en riña o en homicidio premeditado por el concurso de dos o más personas o si lo califica de otra manera.
Nuestra opinión es repudiar el hecho objetivo como lo hace toda la sociedad y toda la gente de bien. No obstante a ello lo que debemos entender que a este joven lo mataron personas que nada tienen que ver con los valores que se pregonan y se enseñan en el deporte.
El título de la columna es el deporte no enseña a matar, el deporte enseña y crea valores, el deporte hace buenas personas, el deporte es el lugar donde más allá de la competencia.se disfruta de la convivencia y del respeto mutuo, el Rugby deporte apuntado por cierta parte de la prensa amarillista(como culpable del homicidio) es un deporte de contacto físico, de roce ,de choque y que en más de una oportunidad nos ha enorgullecido, debemos recordar a los Pumas cantando el himno por citar un ejemplo.
La prensa amarillista dice 11 rugbiers asesinos, y la gente imagina que en el rugby se juega a matar, este deporte enseña valores, pregona el tercer tiempo (encuentro de los dos equipos a compartir una comida después del partido).
Los que practicamos alguna vez un deporte amateur o profesional conocemos que en la cancha se entrega todo y que luego del partido o del encuentro o la contienda se termina la historia y el saludo es moneda corriente.
¿Cómo explicamos la muerte de este joven? La ubicamos dentro del contexto de violencia que vive la sociedad, son diez, once o un asesino los que determine la justicia que provocaron la muerte de este joven en una acción o hecho típico totalmente ajeno al deporte.
El rugby como todo deporte juega con reglas y en esas reglas no se le explica o se le pide al jugador que le pegue al contrario, no se le enseña que se le pegue una patada en el piso a nadie, de hecho estoy firmemente convencido que en ningún deporte se le enseña cometer este tipo de hechos.
Hoy hablar o escribir “once rugbier asesinos” es estigmatizar un deporte que es un símbolo en nuestra nación y que nos va a seguir entregando muchos valores que debemos enaltecer.
Lamentablemente tenemos el resultado de una muerte provocado por personas que no concuerdan con los valores que nos enseña el deporte en general.
El deporte no enseña a matar, el deporte nos enseña a vivir, el deporte es una luz que permite que el niño, el joven, el adulto y el adulto mayor se divierta, se recree, compita o encuentre compañía.
Los que amamos el deporte, los que sentimos sus valores, debemos levantar nuestra voz y debemos defender la esencia del juego, hoy se ha perdido una vida lo han matado un grupo de violentos a la salida de una disco, no lo ha matado el rugby, no lo ha matado el deporte.