Esta nota fue realizada por Silvia Simmone al Dr Marcelo Ramat, integrante del COES Sanjosesino, para el diario Mirador Entre Ríos, importante medio que se publica en la provincia de Santa Fe y Entre Ríos. Aquí dejamos la entrevista completa.
“Estamos perdiendo la parte más humana, el hecho de entender que cuando yo me cuido estoy cuidando al otro”, reflexiona el médico sanjosesino Marcelo Ramat, quien recibió a MIRADOR ENTRE RÍOS para charlar sobre la actualidad sanitaria de la ciudad tras registrarse un importante aumento de casos. Las experiencias diarias, el trabajo que realizan los profesionales y el personal sanitario, y el nuevo comportamiento del virus, son algunas de los temas compartidos en esta nota.
El departamento Colón atraviesa el momento más crítico desde el inicio de la pandemia, con una curva de casos que continúa en ascenso y reafirma la transmisión comunitaria del virus. En la última semana se vivieron días de alerta cuando se informó a la población que la ocupación de camas en el Hospital San Benjamín se encontraba al límite de su capacidad, ya que al nosocomio se derivan los casos graves y moderados del departamento. Marcelo Ramat, médico familiar oriundo de San José e integrante del COES de esta localidad, recibió a nuestros colegas de MIRADOR ENTRE RÍOS para charlar sobre la actualidad sanitaria regional y alertó sobre el aumento de casos entre personas de 40 y 55 años de edad que, por el nuevo comportamiento del virus, presentan sintomatologías que requieren internación.
“Estamos viendo que la enfermedad los afecta más en el
cansancio y en la falta de aire, y cuando el paciente satura a menos de 94% de
oxígeno en sangre, requiere internación. Esto significa que hay que utilizar
oxígeno, y este es un insumo vital para el tratamiento y es escaso.
Si con la capacidad de oxígeno que tenemos en el Hospital de
San José no podemos hacer que saturen bien, los derivamos a Colón, y ahí pasan
a moderados, y si ven que ahí tampoco se puede, van a terapia. Nosotros sólo
atendemos casos leves. Pero es importante que las personas entiendan la magnitud
de lo que está pasando porque el que entra a la internación, entra en un camino
incierto, ni ellos ni nosotros sabemos lo que va a pasar, porque es el día a
día. Teníamos un paciente con múltiples enfermedades que iba evolucionando
bárbaro, y de un día para el otro tuvimos que derivarlo a Colón porque
continuaba con falta de aire. De ahí lo derivaron a otra ciudad, y a las 48
horas se produjo el deceso. Así sucedió el desenlace, y eso es lo que yo llamo
el nuevo comportamiento del virus”, indicó el galeno.
Con el sistema de salud seriamente comprometido, la última
semana las localidades del departamento se alinearon a las medidas provinciales
y se pidió a la población que contribuya a conciencia a disminuir la circulación
para bajar el número de casos y así aliviar el trabajo de los nosocomios
locales.
LO QUE PASA EN LA COMUNIDAD
—Durante esta última semana se incrementó muchísimo el
número de casos en San José, ¿por qué crees que está sucediendo esto?
—Estamos viviendo en una comunidad que se niega a ver lo que
está pasando, la gente no está captando la realidad y ya hace más de un año que
estamos en pandemia. Antes lo veíamos de lejos y acá estábamos muy tranquilos,
pero de pronto en octubre del año pasado tuvimos un brote importante y luego
una pequeña meseta en donde los casos bajaron, y después de eso subió y no dejó
de subir. Ayer una vecina me decía: “tendrían que ir y sentarse en la sala de
espera del Hospital de San José y ver a la gente que entra con falta de aire, a
los que entran pidiendo oxígeno y vomitando, con dolores, con fiebre y ahí van
a entender lo que es la enfermedad”. Y hay que decirlo, nadie es culpable de
adquirirla porque el virus ya está circulando comunitariamente lo que significa
que vos no podés saber si el que está al lado tuyo, enfrente tuyo, tiene o no
el virus, y no sabes si en 48 o 72 horas esa persona va a ser positiva…
Entonces las personas se relajan, toman mate, se sacan los barbijos, comparten,
porque están con una persona sin síntomas. Pero ya todos sabemos que entre el
contagio y la aparición de los síntomas hay al menos 48 horas. Parece que hay
como una postura por parte de la comunidad, de no querer entender eso.
NUEVA CEPA
—Se habla mucho de que los casos aumentaron en la ciudad
luego de la temporada turística ¿Qué pasó durante el verano? —Lo que yo puedo
decir es que el turista no se enfermaba, la gente que hisopábamos y que llegaba
a nuestros consultorios eran los propios sanjosesinos… y todo se hizo más
complejo cuando empezó esta nueva “cepa” tan agresiva, tan contagiosa, que se
dirigía hacia la gente joven, que alargaba las estadías, la internación y que
requería mayor necesidad de utilización de insumos tanto de anti[1]bióticos como de
oxígeno.
—Cuando hablás de la nueva cepa, ¿a cuál te referís?
—A todas y a ninguna en particular, porque para saberlo debe[1]ría mandar a analizar
y eso no lo he hecho… pero lo que sí sé es que en esta nueva forma el virus se
comporta distinto. La gente se contagia rápidamente y ese contagio se traslada
a las familias, a los lugares de trabajo, se hace masivo, hay una mayor
transmisibilidad, y si las personas no se aíslan, se sigue esparciendo. Uno lo
habla, lo escribe, lo muestra y ves que la gente que supuestamente tendría que
estar aislada va al consultorio a pedir un certificado, por ejemplo… yo sé que
no debe ser fácil estar encerrado, o estar pensando que se necesita un certificado
para que en el lugar donde uno trabaja no lo suspendan, pero las personas deben
comprender que el recurso humano no alcanza.
Es muy angustiante. Cuando hablamos de colapso no es sólo
por la cantidad de pacientes internados, sino porque los profesionales y el
personal de salud no da abasto. No llegamos a llamar a la gente para decirle
“usted dio negativo”, porque no tenemos tiempo. Llega el informe a las dos de
la tarde y desde ahí empezamos a distribuir quién va a hablar con quién y todos
los días estamos hasta las diez de la noche, explicando, conteniendo, Marcelo
Ramat: “Hay familias de San José que ya han perdido uno o dos familiares, gente
adulta, adulta mayor y gente joven”
Segunda ola
Con recursos e insumos que se agotan e infraestructuras limitadas, los hospitales de las pequeñas localidades entrerrianas deben buscar alternativas para poder hacer frente a la pandemia. Ya no es extraño ver que escuelas, dependencias estatales, capillas y diversos espacios urbanos, hacen de salas de atención o de diagnóstico para el coronavirus. “En el caso de San José, si me preguntan si el Hospital estaba más preparado para esta segunda ola, yo lo que pienso es que en realidad estamos más organizados. Se tuvo que optimizar el espacio… hoy la sala de hombres, mujeres, embarazadas y niños están juntas, y ahí hay diez camas.
Después el resto de los espacios con los que contamos son para contagiados y aislados. Y tenemos la misma cantidad de enfermeras que cuando atendíamos cinco o seis pacientes internados. Con menos profesionales, porque muchos de ellos son de riesgo y hay actividades que no pueden cumplir. Por otro lado, con el tema de la vacunación San José está sufriendo una falta total de vacunas, nos estamos retrasan[1]do en el plan de vacunación… teníamos un plan que está retrasado siete días, porque se calculaba no tener ningún paciente mayor de 60 años sin vacunar para esta época y estamos lejos de esa meta. Esta semana se recibieron a 250 vacunas y quizás con eso podamos terminar la vacunación del grupo de riesgo”, aseguró el médico Marcelo Ramat. Transmisión comunitaria aconsejando… entonces ese es el colapso del sistema.
EN LA PRIMERA LÍNEA
Entre tantos cambios que ha supuesto para nuestras vidas la pandemia del coronavirus sumando rutinas impensadas en cuanto a cuidados personales, permisos especiales, distancia[1]miento de amistades y familias, es aún difícil imaginar por lo que pasan los profesionales médicos y el personal de salud en el día a día. “Nuestra premisa es cuidar al otro, tratamos de cuidarnos entre nosotros porque estamos al frente, en contacto y también tenemos familiares, y lamentablemente pasa que tenemos conocidos que están internados. Nosotros a veces sentimos mucha impotencia, y realmente dan ganas de dejarlo todo, no tenemos sábados, domingos, lunes, y la gente cree que sí, porque cuando viene al consultorio nosotros estamos bien, pero no le podemos decir a la gente que estamos mal, porque ellos vienen con sus problemas.
Entonces en lo que creo que nos ha cambiado la pandemia como profesionales es en el sentir de equipo, nos unió más, empezamos a conocer al otro, a acompañarnos realmente, y esas cosas antes no pasaban. Pero hay una angustia que sale todo el tiempo, no estamos bien, y a veces sale un llanto que es de muchísimas cosas, una angustia contenida, un gran agotamiento… Y a veces no sabemos si el problema es grupal, que nosotros no podemos comunicar bien, o si el problema comunal… porque la gente toma conciencia recién cuando hay un familiar internado que sabe que no puede ver o cuando le das la noticia de que se traslada a Colón porque saben que la cosa va mal. Creo que estamos perdiendo la parte más humana, el hecho de decir cuando yo me cuido estoy cuidando al otro”, reflexionó Ramat.
Fuente Silvia Simmone Mirador Entre Ríos