Hoy se cumplen 40 años del que muchos consideran un crimen de guerra cometido por los británicos en la Guerra del Atlántico Sur, uno de los tantos que pidieron cometer en su larga historia, el hundimiento del ARA General Belgrano.
Ese 2 de mayo de 1982, el capitán Cristopher Wreford Brown, al mando del submarino ingles HMS Conqueror, dio la orden de fuego cerda de las 16 horas y tres torpedos MK-8 fueron lanzados contra el buque argentino, que navegaba con una tripulación de 1093 hombres, fuera de la zona de exclusión dispuesta de manera unilateral por Inglaterra.
Dos de estos torpedos impactaron contra el Crucero y el tercero falló, pero fue suficiente para que el ARA Belgrano, comenzara a incendiarse y escorarse a babor para así hundirse en solo una hora en las heladas aguas del Atlántico, llenándose con él, a 300 marinos argentinos.
De los tripulantes se lograron rescatar 770 con vida y otros 23 fallecidos fueron llevados a continente donde recibieron sepultura.
Quienes vivimos ese momento desde el continente, cuando llegaban las noticias de lo sucedido, sentimos correr el frío en nuestros cuerpos, al menos eso vivó yo cuando el comunicado oficial confirmaba la noticia.
Fue un golpe muy duro para quienes en esos momentos teníamos la mente en este conflicto y creíamos que se podía hacer frente a este monstruo británico.
Hoy a 40 años de aquel doloroso momento, los argentinos recién estamos valorando a estos guerreros que dieron todo por nuestra soberanía, y cuando habla de ellos, hablo de quienes fueron a la guerra y pusieron su cuerpo y todo el valor por su país, no por quienes los mandaron al frente o por quienes decidieron entrar en guerra por un simple capricho o estrategia para mantenerse en el poder.
El hundimiento del ARA General Belgrano, es por muchos considerado un crimen de guerra, en el cual se vio realmente la impunidad de Inglaterra ante el mundo y que nunca fue investigado, pese a los reclamos y promesas.
Fuente 03442