Este año se registró un 50 por ciento más de postulantes que en 2023 para este sistema de formación. El total de inscriptos fue de 165 profesionales que cumplimentaron los requisitos solicitados. Se abrieron nuevas residencias públicas y privadas y habrá nuevos llamados para algunas especialidades.
"El año pasado Entre Ríos tuvo 106 inscriptos, y este año hubo un aumento a 165", informó la coordinadora de Residencias Médicas del Ministerio de Salud, Daniela Bello. Asimismo, un dato importante que remarcó la funcionaria es que se anotaron residentes en especialidades como Neonatología y Cirugía Pediátrica, ya que el año pasado no hubo inscriptos en estas especialidades.
Bello destacó que en esta ocasión se abrieron nuevas residencias públicas (RISAM infanto juvenil, Hematología y Terapia Intensiva Adultos básica articulada) y privadas (Kinesiología en el Hospital de la Baxada). Además, se realizó la reapertura de la Residencia de Medicina General y Familiar en Villaguay.
"También se está trabajando para la apertura en un segundo llamado de las Residencias de Odontopediatría y Endodoncia, y de Generalista", indicó la coordinadora, como aspecto positivo en pos de seguir impulsando no sólo la formación, sino también posicionar las residencias médicas a nivel país.
Por otra parte, para fomentar el aprendizaje colaborativo y jerarquizar el trabajo de los residentes, se están realizando ateneos interresidencia y clases interdisciplinarias en toda la provincia.
Incentivar y contagiar el interés por la formación
Argentina es el único país del mundo en el que el Estado financia la capacitación de los profesionales de grado. Asimismo, del total de médicos que se reciben cada año, sólo la mitad realiza residencias.
En relación a este tema Bello señaló que se está trabajando "en la reforma de la Ley de Residencias en Salud para que nuestra oferta sea más atractiva y beneficiosa, tanto para residentes como para instructores y así poder incluir más profesionales en el sistema".
Este sistema de aprendizaje se basa en la práctica supervisada y remunerada con responsabilidades crecientes, adecuadas para cada nivel e individuo, y orientado a una especialidad.
En general, el proceso formativo se extiende por cuatro años, donde los tres primeros son de dedicación exclusiva. A partir del cuarto año se produce el desbloqueo de la matrícula, lo que permite a los residentes desenvolverse en el ámbito privado o fuera de la institución que los está formando.